jueves, 28 de octubre de 2010

Poemas a los fantasmas descalzos

*
Solo le queda ser feliz
entre todas las golpizas de sus años,
reír, reír y dormir mientras espera;
el advenimiento de sus ángeles luz,
el tiempo de vestirse de niña sin andrajos,
de escribir y no soñar mientras garabatea,
que no sea un pecado ser niña.
Ser entonces, de alguna manera,
el fantasma que tiene una madre
a la que contarle que las hormigas
hacen puentes para seguir la vida
camino al dulce que pica sus dientes.